viernes, 7 de junio de 2013

Tango y Política 1

En las elecciones presidenciales de 1928, la fórmula radical, formada por Hipólito Yrigoyen con 76 años y Francisco Beiró, triunfa de manera abrumadora sobre el binomio conservador Melo-Gallo: casi 800.000 votos contra 400.000. Los radicales califican a esta elección de "plebiscito". Francisco Beiró fallece antes de la proclamación de los electos reemplazado por el gobernador de Córdoba, Enrique Martínez Yrigoyen asumirá el poder el 12 de octubre de 1928, año en que un Tango titulado Hipólito. Yrigoyen con letra y Música de Enrique Maroni se destaca al mostrar la situación social del pueblo antes de su elección
Las circunstancias en la cual inició la presidencia Hipólito Yrigoyen eran muy distintas a las que rodearon al presidente Alvear que tuvo un gobierno de estabilidad y progreso económico.
Asume en una época de graves crisis internacionales generadas a raíz de la caída de la bolsa. En 1929 comenzó una nueva crisis mundial, que culminó con la quiebra general de valores en la bolsa de Nueva York. La cotización de las acciones comenzó a subir rápidamente. En pocas horas fueron vendidas 13 millones de acciones y se evaporaron las ganancias. Cuando se difundió la noticia de los problemas por los que atravesaba la industria, creció la desconfianza entre los inversores, que intentaron recuperar los capitales invertidos.. Entre 1930 y 1932 se extendió un periodo que fue conocido como la Gran Depresión.. Esta situación generó una crisis económica en el sistema capitalista internacional. Afecto a los productores agrarios, que asistieron impotentes a la caída de los precios de su producción y fueron incapaces de afrontar las deudas contraídas. La situación llevó a la quiebra a numerosos bancos de alcance local y, por efecto de arrastre, a los más grandes. Y los efectos de la catástrofe económica no tardaron en llegar a nuestro país.
En la Argentina el efecto influyó profundamente en la política y la economía Argentina, cayeron los precios de sus exportaciones, se cerraron los créditos, se agotaron los diversos fondos disponibles para pagar las importaciones comprometidas y se redujeron los ingresos del estado que dependían, en gran medida, de los impuestos de comercio internacional. El desequilibrio económico no tardo en reagravarse, los gastos públicos aumentaron y nuestra moneda se desvalorizó con rapidez. El desorden imperó en la administración pública y la miseria hizo estragos en las clases humildes. Los trámites administrativos no se resolvían y el senado con mayoría opositora postergaba la solución de urgentes problemas de gobierno.


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